Actividades

domingo, 7 de mayo de 2017

EL IMPULSO


Está o no. No bastan las  buenas intenciones, no caben las excusas. El suin, el sabor, el ritmo, vienen después, pero el impulso está siempre, antes durante y por siempre hasta le vez siguiente. No importa el género, el músico vive y trabaja en el impulso que lo nutre y lo parasita. Pablo García (Saxofonista: Autana, Mosikós, La Banda Magnética, Cacrijazz) me dijo en un ensayo: no son temas, son simplemente cositas para agarrar el impulso. Está claro: una vez emprendes el vuelo las consideraciones pasan a un segundo plano, la estructura surge sin ser construida, la naturaleza se muestra y nosotros, los músicos, ponemos todo el entendimiento y la sensibilidad para navegar la deseada tempestad, pero por sobre todas las cosas ponemos el impulso. Para desatar eso bastan 32 compases de una buena melodía y colegas hambrientos.

No estamos hablando del duende de Lorca o de las musas de Homero, hablamos del impulso, una cosa hecha de tripas tendones y uñas, un fuelle de sangre, una glándula que apunta al cielo.

Me comentó el mismo Pablo en otra oportunidad, que una vez estaba en una fiesta y una joven insiste en presentarle a su padre, quien compartía el oficio musical.  Tras las formalidades Pablo le pregunta qué instrumento toca, a lo que el viejo responde que tocaba el cello, pero que ya no, Pablo se llena de curiosidad, por un segundo imagina una terrible afección que le impide la ejecución, el viejo le aclara: es que ya me jubilé de la orquesta. He ahí un hombre sin impulso.

El impulso, venturosa angustia que no está simplemente a lo largo de la vida sino detrás de cada nota.

Una noche Rafael Lárez (guitarrista: Azotea, La Fosforera, Folking Trío) me hace escuchar una versión de Master of Puppets por Dream Theater, como a mitad del tema me pregunta mi opinión, le respondo que estos tipos tocan mejor que los de Metallica, sonríe y entrecerrando lo ojos me pregunta y ¿qué más?, pienso un momento y agrego que prefiero la de Metállica, esta versión era tan buena que me parecía fría. Rafael soltó una carcajada ¡Exacto!


Creo que eso también tiene que ver con el impulso. Es él quien mantiene de pie al rock, al free jazz, al joropo y a Listz. La esclavitud del impulso nos libera!

P.D.: Si quieres conocer el trabajo de Pablo García empieza por este link
https://soundcloud.com/cacri-jazz
y si tienes curiosidad por Rafael Larez has click en
https://soundcloud.com/rafaman-1

martes, 2 de mayo de 2017

ALGO FUNCIONA

Para nadie es un secreto que el transporte público es un tema central en el imaginario de esta banda. Para mayores señas nuestro ícono es un toro-bus que viene iracundo a atropellarte.

Todos sospechamos la existencia de una oscura cofradía que agrupa choferes, colectores, funcionarios, motorizados y a varios usuarios (o quizás alborotadores encubiertos?) que convierten la movilización cotidiana a través de la ciudad en un calvario repleto de abusos y ruido. Nadie conoce sus verdaderas intenciones pero todos sufrimos el agresivo congestionamiento de trenes, autobuses, busetas, avenidas y aceras. Desplazarse es una ardua tarea que destruye los oficios de la plancha, que pone a prueba a los desodorantes y que requiere ansiolíticos... salvo en una extraordinaria excepción:

Les presentamos al MetroCable.

Esto no es una nota turística ni una propaganda a la gestión gubernamental. Los que estoy escribiendo es un canto de asombro frente a un callado oasis en el transporte urbano.

Caracas tiene un carácter tal, que cuando algo funciona y es agradable, uno siente que se disparan las alarmas, que hay gato encerrado.

Todos ya conocemos la calamidad del transporte público, pero no tantos conocen su antídoto: el MetroCable.

Simplemente una maravilla: imagínese flotar en una silenciosa burbuja transparente a una altura que le permite otear medio valle. Al llegar a la estación nunca hay cola. Cuando usted aborda el funicular nunca viaja de pié, es más, muy rara vez se llenan las ocho plazas para las que está diseñado. Usted no tiene más que sentarse y disfrutar de algo mucho más apacible que un vuelo. Sin parlantes, sin corneteos, sin carteristas, en definitiva, algo sin precedentes en la capital.

Es cierto que la ruta que cubre es pequeña, no importa, el consejo es montarse aunque sea solamente para pasear, bien vale la pena.


Cosas para criticar hay muchas, nosotros celebramos cuando encontramos alguna digna de elogio.

domingo, 23 de abril de 2017

RESEÑAS DE JOROPUNK

El Rey Zamuro bajó un ratico a visitar el sótano de Parque Central  


Estamos en la obligación de agradecer a nuestro colega Joropunkero, Ernesto Soltero, el esfuerzo de su pluma dedicada a retratar, entre otras cosas, la fauna sonora de la ciudad. 

Lo que más nos gustó en la escritura de Soltero es su seriedad: abarca integralmente los aspectos de la propuesta de la banda, desgrana los referentes percibidos, contextualiza el alcance y las características del planteamiento artístico. Lejos del mero juicio de valor, sin condenar ni promocionar, Ernesto hace un sobrio e informado análisis de lo expuesto en las Noches de Joropunk. Nuestras felicitaciones por eso.


 Actos como el artículo de Ernesto son parte del tejido que sustentará la dialéctica musical, estética (y hasta política) que como sociedad, no hemos sabido cultivar  hasta ahora. 

Les invitamos a disfrutar de la NOTA ORIGINAL del noticiero Rey Zamuro.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

EGO DE MÚSICOS



“Prefiero una vanidad sincera
Que una falsa modestia”
Mastropiero

Algunas precisiones sobre ese ícono del imaginario popular que es “el ego de los artistas”, en este caso, específicamente, de los músicos.


1.- Todos tenemos ego porque todos tenemos una subjetividad individual que se desarrolla en un mundo material y plural. El ego es indispensable: Un Yo desde dónde anclar las acciones y proyectar los pensamientos. Cuando Descartes dijo que pensaba y luego existía, tenía que presuponer un Yo que pensara para luego existir. Yo, en latín Ego, es una herramienta indispensable de la personalidad. Cuando las filosofías orientales hablan de destruir el Ego se están refiriendo a una tarea muy difícil de imaginar en occidente: superar todo deseo hasta lograr un grado de entendimiento y sensibilidad que nos permita dejar de percibir el mundo como individuo: eso es algo que no se le puede pedir a cualquier trabajador, habría que dedicarse al misticismo. Si se quiere vivir el mundo material, de la sociedad humana (buena o mala), es necesario tener un Ego, un Yo. A los que confunden el límite entre su Ego, su YO, y el mundo exterior se les denomina esquizofrénicos, padecen alucinaciones, y a menudo necesitan tratamiento y cuidados.

El ego no se debe confundir simplemente con vanidad. Ego es la categoría central del YO. El Ego es autoconcepción, mapa íntimo de lo que es cada quien para sí mismo y para los demás.
 
El Ego por sí mismo no puede ser malo, es como un perro: si lo educas y entrenas tendrás un fiel aliado, si lo malcrías será un dolor de cabeza constante. El asunto está en cultivar ese ego, en no dejarlo crecer al capricho de los gustos. Los gustos compiten en el mercado para apoderarse de los egos de las personas, pero eso hay que hablarlo más adelante, con mejor detalle.

2.- En el medio laboral, el cliché sobre el ego de los músicos se oye frecuentemente como deslegitimización automática de los reclamos que hace el artista sobre sus condiciones de trabajo.

Esto hay que rechazarlo categóricamente porque es escudo de abusos y falta de profesionalismo por parte de los que rodean al músico. En mi carrera son numerosas la oportunidades en que he reclamado mayor rigurosidad en algún aspecto técnico del espectáculo y he sido despachado con reprobaciones de ególatra, desubicado, altanero.

De lo que hablo es de un vicio ideológico-profesional que he constatado en varios lugares en los que he tocado y sobre el que quiero advertir: a la hora de dar tratamiento técnico a la obra en vivo de un músico se deben acatar en la medida de lo posible las sugerencias y requerimientos del mismo. Lo más probable es que el músico ya haya puesto a prueba su sonido en múltiples oportunidades y conoce a la perfección sus capacidades y características de ejecución. Los mismo cuenta en lo administrativo.

3.- El trabajo de un artista implica un camino de autoconocimiento, la identificación que hay entre la obra y el propio yo, su autoconcepción, su "ego" es de tal magnitud que la crítica a la obra pasa por cuestionar la persona misma del artista.

Leí, ya no recuerdo dónde, que lo que caracteriza al artista es que convierte sus problemas personales en imágenes, hechos, objetos cuyo contenido expresa, por identificación, lo sentido por muchos que no participaron en la creación de la obra. Lo bonito del arte es que al final es de todos ¿De qué sirve un concierto sin público? ¿No nos demostró ya John Cage que el público es parte inextricable del sonido en vivo? Pero el trabajo del espectador no termina allí, los músicos estamos esperando por la crítica.

En este sentido la deformación que enfrentamos es por ausencia. La poca crítica o comentario que hay sobre la actividad musical por estos lares es propagandística (es decir, solo reseña el evento que está por venir) o farandulera (se centra en los aspectos extra-musicales: vida íntima o posición política del artista) y cuando va a lo musical se queda en lo meramente valorativo (me gusta o no).

El punto es que debemos cuestionar el gusto, amasarlo con palabras. La crítica debiera ser el diálogo del espectador acucioso con el creador sobre cuáles son los problemas que la obra plantea a la sensibilidad y cuáles son los recursos que emplea, cómo los emplea, etc.

Ese diálogo está muy desatendido, y no es fácil atenderlo, es necesario pensar, sentir, ordenar un poco ambas cosas y expresarlas – lo más difícil – con sinceridad y encanto.

El Ego de los músicos busca el diálogo ¿qué otra cosa es la música?

Armando González

domingo, 11 de septiembre de 2016

Los Tercios en el Diccionario de la Real Academia Española

Definirse es siempre forcejear con las palabras hasta lograr ciertas precisiones, zanjar determinados matices, proclamar un rasgo de identidad. 

En la mayoría de las conversaciones con amigos se nos ha vuelto obligatoria la pregunta: ¿Por qué se llaman Los Tercios? a lo que sigue la infaltable alusión a las bebidas espumosas. 

Nosotros, claro, tenemos una anécdota para respaldar el título, y tratamos de aportar otra alusión que no sea líquida. Asociar a esa palabra que nos identifica, otros contenidos. 

Con el tiempo cuesta darse cuenta de una cosa muy simple: que las palabras no existen. Si uno quiere saber lo que hay dentro de una palabra casi siempre se encuentra uno con que está hecha de otras palabras, y así sucesivamente. A veces surge a la realidad esa pesadilla en la que el lenguaje se muerde la cola y se convierte en su propio laberinto: como un espejo que se refleja a sí mismo: mudo y estático: tobogán infranqueable.

Nosotros quisimos pedir consejo sobre esa palabra que nos define y nos aventuramos a consultar a la autoridad. Introdujimos, con cierto temor, la palabra "Tercio" en el buscador digital del Diccionario de la Real Academia Española y recibimos una grata sorpresas: 
En el pedigrí del vocablo "Tercio" hay diplomacia,  corridas de toros, asociaciones de marineros y feroces ejércitos, entre otras singularidades. 

Compartimos aquí algunas acepciones que la Real Academia Española da en su Diccionario a la palabra Tercio:

Del lat. tertius.
1. adj. p. us. tercero (‖ que sigue en orden al segundo).
2. adj. p.us. Dicho de una parte: Que es una de las tres iguales en que se divide un todo. 
La tercia parte. U. m. c. s. m. Un tercio del total.
3. m. Cada una de las dos mitades de la carga de una acémila, cuando va en fardos.
4. m. 
bulto (fardo).
6. m. Cada uno de los tres períodos que se consideran en la carrera del caballo, es decir, arrancar, correr y empezar a parar.
7. m. Cada una de las tres partes en que se divide el rosario.
8. m. Parte más ancha de la media, que cubre la pantorrilla.
9. m. Fardo de tabaco en rama que pesa aproximadamente un quintal, y es lamitad de una carga.
10. m. Botella de cerveza con un 
tercio de litro de capacidad.
11. m. Mar. Asociación de los marineros y de los propietarios de lanchas y redesde un puerto, agremiados para el ejercicio de la pesca (¿SERÁ DE AQUI QUE VIENE EL USO TAN EXTENDIDO DE LA PALABRA TERCIO EN SU ACEPCIÓN DE AMIGO ENTRE LA GENTE DE MARGARITA, SUCRE Y TODO EL ORIENTE VENEZOLANO?
12. m. Mar. Cada uno de los antiguos batallones o cuerpos de tropas queguarnecían las galeras.
15. m. Mil. Regimiento de infantería española de los siglos 
XVI y XVII.
16. m. Taurom. Cada una de las tres partes en que se considera dividida la lidia de toros.
17. m. Taurom. Cada una de las tres partes concéntricas en que se considera dividido el ruedo.

19. m. And. Cada uno de los versos de que consta una copla del cante flamenco.Tercio de entrada. Tercio de remate.
20. m. And. Porción de tierra adehesada o de labrantío que se pasta o siembra un año y se deja descansar al siguiente.
21. m. Can. Barrilillo para vino.
22. m. Col. 
y Ven. sujeto ( persona cuyo nombre se ignora).
23. m. R. Dom. Yunta de bueyes que va entre la guía y el tronco.
24. m. R. Dom. Compañero de viaje o de cualquier otra actividad.
25. m. R. Dom. Rezo del rosario en familia.
26. m. pl. Miembros fuertes y robustos del hombre. 
Esteban tiene buenos tercios.
27. f. Tercera parte de una vara.
28. f. Segunda de las cuatro partes iguales en que dividían los romanos el día artificial, y que comprendía la segunda mitad de la mañana, desde el fin de la tercera hora temporal hasta el fin de la sexta, a mediodía.

31. f. Pieza de madera de hilo, con escuadría de una tercia en la tabla y una cuarta en el canto. (ESTA NO LA ENTENDIMOS EN LO MÁS MÍNIMO, SI ALGUIEN LE ENCUENTRA SENTIDO POR FAVOR COMPÁRTELO CON NOSOTROS EN LOS COMENTARIOS) 
32. f. Casa en que se depositaban los diezmos. (ESTA NO TIENE QUE VER CON NOSOTROS EN LO MÁS MÍNIMO)
33. f. Agr. Tercera cava o segunda bina que se da a las viñas.

FUENTE
http://dle.rae.es/?id=ZXOWPIX